Ayer caminando en la universidad, vi un niño sentado en el piso, al lado de una pared, apoyando la cabeza sobre sus rodillas.
Le pregunté: que te pasa? Me miró con sus ojos llenos de lagrimas. No dijo nada y volvio a bajar la cabeza.
Trate de saber por qué. Ni mis ganas de ayudar ni mi poca psicología infantil sirvieron.
Finalmente me fui, mirando hacia atras. El siguio igual y yo todavia estoy pensando en razones por las cuales el pudo estar llorando.
No pude hacer nada.
Eso me dolió.
domingo, abril 03, 2005
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