sábado, enero 16, 2010

La Ultima Noche


No terminaba la noche. Y a ojos cerrados con todo oscuro, reposaba el pecho sobre la cama, sabana al derriére, con la espalda desnuda, sentí como un puñado de plumas caía sobre mi. Negras, eran negras...
Se deslizaban en mi piel como si alguien las comandara. Me hacían ir mas lejos y flotar en un mundo exquisito. Sentía placer e intentaba no moverme para que no se terminara.
No se a qué huele el cielo, pero juraría que a eso olía; a cielo, a frescura, hermosura a perfección.
Algo sonó, pretendí ignorarlo hasta que no pude mas. Abrí los ojos, no había mucha luz, sabanas blancas y de perfil, tu cara.

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